Su último dueño Juan Pérez viven y trabaja en Río Gallegos (en la provincia Santa Cruz al sur de Argentina, él decidió comprar un automóvil rápidamente después de haber entendido que la Zanellita que él había comprado,enfrentaría el viento de la Patagonia. ¡Tenía razón! La Zanella estuvo guardada 15 años en un armario, con el motor a la temperatura de la casa del dueño, que finalmente decidió venderla. Después de ese tiempo, el taller vecino la repinta y la revende a.... Traversées. Mientras tanto: negociaciones, una primera vueltita, un taller de soldadura y pintura, modesto por su tamaño y grande por su ambición, con amigos particularmente simpáticos de la ciudad y sensible a la nueva vida de esta motocicleta : el taller El Camino, atendido por Adrián e Iván Collazo; la fundación Rincón del Arte conducida por Norma y María Segovia, Celinda, Mauricio y otros.

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Dos palabras acerca los compañeros de la historia de Zanella
 El taller El Camino
Tantas cosas han sido y son posible de hacer en este taller de mecánica: cambiar el motor, rectificarlo, reparar la transmisión, los frenos, la calefacción, percusiones, cantar, bailar, estudio avanzado de la psicología femenina, tunning. Los dueños Adrián e Iván, ellos dicen que hacen mecánica integral. Tienen razón. Pero es necesario agregar que su lugar también es para encontrarse integralmente, donde la ayuda y la alegría son herramientas como las otras. Es más interesante ver la película.
El garaje queda en la calle Maipú 920 de la ciudad de Río Gallegos.


 la fundación Rincón del Arte
En 1998, Norma Segovia, profesora de artes plásticas, especialista en escultura, crea el Rincón del Arte como un lugar para mostrar la creación cultural y artesanal de Patagonia y en particular de la Provincia de Santa Cruz (Sur de Argentina - 250.000 habitantes, 243.943 Km2). Primero se establece en la calle Zapiola de Río Gallegos, la fundación va después establecerse en la casa del abuelo de Segovia, creador de la Opinión austral, con Celinda. Es ahí donde se encuentra la fundación hoy, en la calle Rivadavia, hay talleres de música, exhibiciones y conciertos y anexó un bar, que participa plenamente en los ingresos de la fundación financiada por la familia Segovia. El lugar es simple, bonito y el grupo es como una nueva familia.

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